Splash es un arcade en tres dimensiones en el que nuestro objetivo será pintar todas las plataformas que vayan apareciendo en el escenario. Para ello, lo único que tendremos que hacer será saltar sobre cada una de las plataformas, con cuidado de no caer al suelo.
El sistema de control de Splash es muy simple: tan sólo tendremos que pulsar la pantalla para hacer que nuestra pelota de color caiga con fuerza. Si cae sobre una de las plataformas, la pintará y rebotará en dirección a la siguiente plataforma; pero si aterriza sobre el suelo se desintegrará y tendremos que empezar de cero.
Como es habitual en los videojuegos de Ketchapp, mientras jugamos podremos recoger unas pequeñas bolas doradas, que más tarde podremos canjear por nuevos colores. Y es que al principio sólo podremos jugar con una paleta de colores azulada, pero podremos desbloquear más de cien paletas de colores distintas.
Splash es un arcade divertido y adictivo, que tiene todas las señas de identidad típicas de los juegos de Ketchapp: un planteamiento sencillo, una mecánica divertida, y un apartado visual precioso. El juego, además, tiene tabla de clasificaciones online, gracias a la que podremos competir contra nuestros amigos.
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